El primer paso consta de chequear de forma integral de los neumáticos. Las ruedas son el elemento de seguridad más importante del vehículo, por lo que resulta crucial revisar su alineación y balanceo. Es primordial realizar esta consulta en un Centro de Servicios liderado por profesionales, para que puedan evaluar las deficiencias en las cubiertas en concepto de desgaste, su adherencia, la presión del aire y examinar si están totalmente paralelas a la carrocería del auto (en caso contrario, el vehículo podría perder su estabilidad al andar o no responder de forma eficaz ante una maniobra de emergencia)

A su vez, es imprescindible controlar el estado de los frenos al menos una vez al año para prevenir accidentes. El desgaste de los frenos dependerá del modelo del auto, el tipo de uso que se le da y su antigüedad.

Otro aspecto para revisar es el correcto funcionamiento de las luces, tanto altas como bajas. Esto evitará perder visibilidad de noche y permitirá que otros vehículos lo identifiquen rápidamente durante el día en los trayectos de curvas. Por otro lado, siempre debemos medir el nivel y estado de los líquidos: aceite, líquido refrigerante y el nivel de agua del limpiaparabrisas.